Errores comunes al integrar una vinoteca en un proyecto de interiorismo

Integrar una vinoteca en un hogar o en un restaurante no debería ser solo una decisión técnica.
En muchos proyectos vemos vinotecas que conservan bien el vino, pero no encajan en el espacio, rompen la estética o pasan desapercibidas cuando deberían ser protagonistas.

Después de años diseñando vinotecas a medida, hay errores que se repiten.
No por falta de gusto, sino por falta de planificación.

Estos son algunos de los más habituales.

 

1️⃣ Pensar la vinoteca como un electrodoméstico, no como parte del diseño

Uno de los errores más comunes es tratar la vinoteca como un elemento independiente, añadido al final del proyecto.

Una vinoteca bien planteada:

  • Dialoga con el espacio
  • Sigue líneas, ritmos y materiales
  • Forma parte del conjunto

Cuando se integra desde el inicio, el resultado es completamente distinto.


2️⃣ Priorizar solo la capacidad y olvidarse del impacto visual

Más botellas no siempre significa mejor resultado.

En muchos espacios, especialmente en restauración, el orden visual y la iluminación son más importantes que la cantidad.
Una vinoteca bien proporcionada transmite nivel, cuidado y coherencia.

El vino se ve, se intuye y acompaña al ambiente.

3️⃣ Iluminación incorrecta (o inexistente)

La iluminación es uno de los grandes olvidados.

Una mala luz puede:

  • apagar el vino
  • generar reflejos molestos
  • romper la atmósfera del espacio

La luz bien pensada:

  • realza las botellas
  • aporta profundidad
  • crea ambiente
  • hace que la vinoteca funcione también de noche

No es un detalle técnico. Es parte de la experiencia.

4️⃣ Medidas estándar en espacios que no lo son

Cada proyecto tiene condicionantes distintos:

  • alturas
  • fondos reducidos
  • pasos
  • barras
  • zonas de servicio

Forzar soluciones estándar suele acabar en vinotecas desproporcionadas o mal ubicadas.
El diseño a medida no es un lujo: es una respuesta lógica a un espacio concreto.

5️⃣ Diseñar solo para conservar y no para mostrar

Conservar el vino es imprescindible.
Pero en muchos proyectos, especialmente en restaurantes, mostrarlo bien es igual de importante.

Una vinoteca puede:

  • acompañar la sala

  • reforzar la identidad del local

  • formar parte del relato del espacio

Cuando esto se tiene en cuenta, el vino deja de estar “guardado” y pasa a formar parte del ambiente.

Una vinoteca bien integrada no compite con el espacio, lo eleva. No llama la atención por exceso, sino por equilibrio.

Por eso, más allá de la técnica, el verdadero valor está en entender el proyecto en su conjunto y diseñar la vinoteca como una pieza más del interiorismo.

vinotecas integradas en restaurante BOFF Alicante

Boff restaurante Alicante